serie: inazuma eleven, inazuma eleven go
tipo: yaoi
advertencias: muerte de personaje, saltos de tiempo.
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recuerdos
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y lo otro ps normal disfruten!!
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Memorias
Endou x Kazemaru
Y el cayó frente a mis ojos, el frio suelo lo golpeo, un ruido sordo se escucho en el sitio, el barro se levanto y mis lagrimas cayeron al ver la sangre que de su abdomen y cabeza salía, aquel objeto atravesado en su estomago era el causante de una de sus heridas, la otra fue producto de su caída.
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-¿te duele mucho?- pregunto un niño de 6 años que limpiaba una pequeña raspadura a otro
-no, esta bien, menos mal no te caíste tu- dijo el peli azul mientras miraba como el otro limpiaba la herida
-no tenias por que ponerte antes, hasta te cai encima, la colina no estaba muy alta, podría haber resistido el golpe, además soy mayor que tu, no me hubiera pasado nada- el castaño estaba algo enojado pero igual agradecido, luego se enojo un poco mas al ver como el otro reía un poco.
-Sabes Endou- dijo Kazemaru de 5 años de edad, estaban sentados bajo un árbol con barro – me gusta estar contigo – el pequeño le tomo la mano al otro.
-a mi también me gusta estar contigo Kaze- le abrazo-te quiero mucho- ya se le había pasado el enojo.
-y yo a ti- el pequeño que tenia el pelo hasta su cuello se lanzo a abrazar al chico.
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Como pude me acerque hasta el, el barro cubría mis heridas y la lluvia me empapaba la cara escondiendo mis lagrimas, pero ninguna de estas dejaba ocultar mi expresión de dolor, dolor que satisfacía a quien le había hecho daño a mi príncipe… no podía creer que estuviéramos en esta situación, no que después de tanto tiempo nos separáramos, él no tenia que sufrir por mi debilidad… y creía que así era él, lo que no sabia es que siempre ha sido mucho mas fuerte que yo.
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-¡no lo molesten!, deberían tenerle mas respeto al príncipe- dijo un castaño de 10 años mientras protegía a un niño de ojos vino tinto que estaba sentado en el suelo, unos chicos le habían empujado cuando se acerco a saludar a su amigo de infancia, el cual ahora lo protegía.
-nosotros no queremos a un príncipe que parezca niña, así todos los reinos nos molestaran por que nos gobierna un afeminado- gritaba un pequeño gordinflón, era quien había estado molestando al príncipe anteriormente.
-deja ya Endou- el peli azul se levanto y limpio sus finas ropas además de escurrir un poco su capa, había caído en un pequeño charco que la había mojado- la violencia no soluciona las cosas, además es acto de envidia cuando se agrede e insulta a una persona, vámonos- tomo la mano del castaño y se fue dejando a los chicos enojados, después se desquitarían pensaron todos… lo que no sabían es que Kazemaru, aunque no le gustara la violencia, había pensado en algo mejor para vengarse y Shirou con Atsuya le ayudarían a preparar unos cuantos baldes de agua.
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En su rostro había una sonrisa y su mano se acercaba al mío, la lluvia le limpiaba un poco la sangre que tenia en su cara y sus ojos… sus ojos se apagaban lentamente.
-Endou- dijo débilmente
-no Kaze, no hables, estarás bien, ya vendrán a curarte- lo recosté y con mi capa lo cubrí, el solo sonrió de nuevo y cerro sus ojos, solo… tan solo deseaba que fuera para descansar y no separarse de mi.
-ah pero que linda escena, mi príncipe es tan bello- dijo la persona que tenia enfrente, un rubio con una sonrisa burlona- mi meta eras tu, pero llevarme a Kazemaru es mejor, si no es mío no es de nadie mas- este se acercaba lentamente a mi, como pude me levante y tome la espada que atravesaba mi pierna, el dolor se esfumo por un segundo…tenia que acabarlo.
- no es tuyo, iluso- las armas empezaron a soñar bajo la lluvia intensa.
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-¡estoy cansado Endou! Miyasaka esta molestándome últimamente, que sea el príncipe del sol no significa que me guste, es mas le diré a mis padres que no me casare con él, ¡te amo a ti!- el pelo le llegaba hasta las rodilla, era azul liso y hermoso, su cuerpo ya no era el de un niño y su pensamiento tampoco, ahora tenia 17 años, 17 años de los cuales había pasado 12 con Endou y su amistad se volvió mas que eso.
-sabes que tus padres no te casarían con él- el moreno que tenia una armadura, solo se había quitado el casco, le tomo la mano y se arrodillo- yo ya pedí tu mano y aceptaron- al peli azul se le iluminaron los ojos
-¿hablas enserio?- el otro asintió -¡maravilloso!- su hermoso traje blanco junto con su capa del mismo color se ondearon, estaba abrazando al otro
-de algo sirve ser el mejor caballero de todo el reino mi querido príncipe- alzaba al chico mientras este lo miraba atentamente
-no eres el mejor, el mejor caballero soy yo- el castaños sonrió y asintió, después de todo Kazemaru siempre le ganaba en los entrenamientos, aunque ambos sabían que el de ojos vino tinto distraía muy fácil al otro chico.
-¿quieres ir al lago?- El peli largo asintió y juntos se dirigieron a ese hermoso lugar que cuando chicos habían cruzado miradas por primera vez.
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El dolor había desaparecido y ahora luchaba fieramente, su armadura sonaba y chocaba con las de Miyasaka, le había lastimado un par de veces, pero necesitaba darle el golpe final, no lastimaría a Kazemaru y saldría como si nada.
Shirou y Atsuya levantaban a Kazemaru cuidadosamente y los alejaban para curarle, su herida estaba demasiado profunda y era grabe, retiraron la daga que tenia en su estomago y le empezaron a curar
Endou agotaba cada vez mas al rubio, sus amigos estaban luchando con los demás soldados del reino del sol, al enterarse que la boda no fue aceptada estos decidieron iniciar una guerra
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-atacaran al reino por mi culpa Endou- el peli azul estaba sentado en la baranda de mármol del balcón de su habitación, se veía una gran parte del hermoso reino del viento
-no es tu culpa, no es de nadie, ya lo dijiste, los insultos son envidia y una guerra es un insulto muy grabe- el moreno abrazaba a su prometido por la espalda y tomaba el delicioso aroma de su cabello
-tal vez solo deba sacrificarme y aceptar, nadie en el pueblo sufriría, es mi deber protegerles- su mirada estaba triste y el otro lo notaba, lo tomo en sus brazos y lo cargo hasta entrar en la habitación, allí lo deposito en su cama.
-yo sufriría, saldremos bien de todo esto, ambos lucharemos por nuestra libertad- ambos asintieron y después de un beso se consumo una hermosa noche de amor.
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El príncipe del sol ahora rogaba por su vida, yo no escuchaba y luego de un pequeño salto de sangre la espada atravesó esa gruesa armadura y de allí su corazón, el rubio moría y al darse cuenta el ejercito retrocedió, como en el ajedrez… si matas al rey se acaba el juego.
Corrí a ver a mi amado sin importarme el dolor que recorría mi cuerpo, Atsuya empezó a atender mis heridas mientras me concentraba en Kazemaru y el esfuerzo de Shirou por no dejarlo ir al otro mundo.
-Endou… no resistirá mucho- dijo el peli plata
-tiene que hacerlo, confió en él, volverá por mi, tiene que hacerlo- acariciaba los azules cabellos, tenían rastros de sangre y una venda les dejaba asomarse, ese cabello largo y azul que amaba tanto… definitivamente su príncipe no podía dejarle
-Endou- llamo el gemelo de peli plata pero este tenia cabello rosa – el amor es grande, pero los humanos no deciden lo que la muerte se lleva- el menor de los Fubuki había quitado ya las armaduras y después de limpiar rápidamente vendaba mis heridas, por algo eran los doctores mas capacitados y rápidos del reino.
-el lo hará, el puede hacerlo… no me dejara, quedaría desprotegido y él lo prometió- ya no sabia si creer en sus palabras, pero el lo había prometido y Kazemaru no era de romper promesas
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-no importa que pase Kaze, no te separes de mi- estaban montados en sus caballos esperando al ejercito, la guerra había empezado y ya se podía escuchar las armas que venían los pasos fuertes que retumbaban la tierra, atrás de ellos había un gran ejercito, sus amigos estaban en él, solo faltaba esperar para que empezara una matanza, una que habían esperado desde hace dos años, Kaze tenia ahora 19 y Endou 20.
-no me gusta esto Endou, no me gusta la violencia- dijo Kazemaru, los anillos de oro brillaban en sus manos, se habían casado hace poco- no me separare de ti, y prometo protegerte, lo hare, siempre lo hare, te lo prometo- ambos fijaron su vista a las personas que empezaban a asomarse en el horizonte.
-no la rompas-
- no soy de romper promesas y lo sabes- sonrió- es hora- un grito por parte del otro ejercito se escucho y solo esto bastó para que los caballos empezaran su marcha y los guerreros corrieran, las armas chocaran junto con los gritos y la sangre se derramara en la tierra del reino mas puro que jamás había existido.
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-Endou- escuche débilmente en este sitio, todos junto a mi nos giramos a ver atentamente a la persona de que provenía ese llamado, mis amigos habían llegado hace poco, ahora los reyes hacían un tratado, los padres de Miyasaka se esperaban algo así… y aunque estaban dolidos no le daban razón, estaban en el castillo del viento esperando a que sucediera lo que sucediera.
-no hables, tienes que recuperarte- rápidamente acaricie su rostro suavemente – tienes que vivir por mi-
-lo hare, no te dejare nunca- cerro sus ojos, descansaría – te prometí protegerte y eso hare, mi hermoso Endou – se dejo caer suavemente.
-gracias por quedarte junto a mi- bese sus labios, se recuperaría y estaría junto a mi… que iluso fui –Kaze… lo prometiste- sus labios estaban fríos y mis lagrimas volvían a caer.
-estaré junto a ti Endou y te protegeré- coloco su mano en mi pecho – mi cuerpo no resiste ya así que lo hare desde aquí, vive por mi Endou… y no olvides… que te amo- su respiración cesó, sus ojos quedaron cerrados mientras se dibujaba una pequeña sonrisa.
-no… Kaze… ¡¡¡¡¡¡vuelve!!!!!!- un grito se escucho, me aferre a sus vendajes, los chicos atrás veían con dolor la escena, los gemelos lloraban y yo… yo me derretía lentamente, deseaba morir en ese instante.
Días después estábamos en su entierro, los padres de ambos chicos sufrían pero yo… yo había perdido todo, o bueno una gran parte de mi vida, pero había algo, una cosa que haría que sonriera, un pequeño que ahora estaba en mis brazos, apacible, sin saber que pasaba a su alrededor.
Sus ojitos eran cafés, y su cabello, rosa y liso… liso como el de el, con esa piel de porcelana que poseía.
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-no puedes ir a la guerra Kazemaru, aun estas débil – dijo preocupado el castaño, este cargaba en sus brazos a un hermoso doncel.
-no empezara aun, si es el reino del sol por lo menos lo planearan 2 años y hasta ahora a pasado año y medio, además iré, si no ¿Quién te protegería?- el de ojos vino tinto estaba recostado en la cama, reposando del parto que había sucedido hace unas horas.
-Kirino te necesita- dijo Endou usando un último recurso, ya había hecho de todo para que su prometido cambiara de idea.
-lo se, por eso saldremos bien de todo esto, lucharemos por nuestra libertad, lo dijiste recuerdas- el castaño sonrió, no había nada que lo hiciera cambiar de parecer.
Endou miro al pequeño y sonrío – si, la noche en que este pequeño y hermoso niño fue creado- el peli azul se sonrojo y el niño dio un bostezo, se había despertado y al parecer tenía algo de hambre, así que tuvo que acercarlo a su “madre”.
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-¡PAPÁ!, ¡vamos corre! Veremos a mi papá- un chico de 15 años corría al cementerio, el príncipe se parecía mucho a su hermoso chico, su cabello rosa y liso igual de largo y esa felicidad y sabiduría que expresaba además de la hiperactividad que yo poseía cuando tenia esa edad.
- lo se cariño, pero el no se moverá de allí- lo dijo en burla, ya no le dolía, después de todo él si lo acompañaba cada día, le regalo su sabiduría y ahora siendo el rey sabia como expresarse, justo como él lo haría.
Llegamos a su lapida, allí descansaba, dejamos las flores que Kirino había recogido especialmente y nos abrazamos para quedarnos un rato viéndola, yo esperaba la pregunta que siempre me hacia mi hijo.
-¿Cómo era?-
-era hermoso, valiente y alegre, igual que tu, te pareces mucho a él hijo, aunque aun tengo una duda, su cabello era azul y el tuyo es rosa-el se enojo un poco y yo sonreí con melancolía recordándolo, mire hacia el bosque y pensé que seria bueno mostrarle el lago a Kirino- hay un lugar especial hijo, ven- nos dirigimos a ese hermoso lugar
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-¡ya me perdí!- dijo un castaño de 6 años
-te perdiste, si quieres te ayudo- apareció un peli azul de 5, según lo que decían y al verlo Endou noto que era el príncipe así que se inclino un poco- ¡no seas formal por favor!, ven te ayudare-los chicos se tomaron de las manos y sonrieron
Sus ojos se quedaron un segundo pegados y ambos se sonrojaron, estaban frente a un gran lago tomados de la mano, no lo pensarían ahora pero un pequeño e inocente amor se había iniciado en ese instante.
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-y así le conocí en este lugar- el chico asintió dando a entender que le había gustado el relato, ahora Kirino estaba maravillado, ese lugar no lo había visitado pues estaba muy dentro del bosque
-¡que hermoso es!- dijo emocionado
-si, pero toda esta belleza se opaca con la tuya hijo, igual que la opacaba la de él- dije sonriendo junto con mi hijo.
-¡príncipe, rey! Hasta que los encuentro- dijo un chico de la misma edad de Kirino, tenía el cabello algo largo mas o menos hasta su cuello, un poco rizado y era castaño oscuro, cargaba una cajita que yo me imaginaba que era, sonreí.
-¡Shindou!- se alegro el peli rosa- ¿para que nos buscabas?-
-bueno…eso… yo – el chico se arrodillo, era uno de mis discípulos, yo mismo podía jurar que era el mejor caballero que había en el reino, el chico se sonrojo y yo miraba algo divertido pero sin dejar de ser celoso, aunque, si mi hijo era feliz, lo aceptaría.
-por mi esta bien, te doy el permiso Shindou, mira si te acepta- me aleje del lugar y voltee a ver como el terminaba de decir sus palabras sin escuchar realmente, solo leí sus labios, mi hijo se lanzo a abrazarle… una nueva historia se escribiría y ahora se que el ángel que me ha protegido durante los 15 años que partió les protegerá a ellos.
Tal vez la historia se repita, pero su final no será el mismo.
Fin
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